¿Qué pasa si me como una tortilla con hongos?
El verdadero riesgo de consumir alimentos con moho es que pueden contener micotoxinas, sustancias producidas por algunos tipos de hongos que son tóxicas para nuestro organismo y que, en dosis grandes y mantenidas en el tiempo, pueden acarrear graves problemas de salud.
¿Qué pasa si comí algo con hongos?
Si un alimento tiene mucho moho en la superficie, las raíces lo habrán penetrado profundamente, advierten. Algunos mohos pueden causar reacciones alérgicas y problemas respiratorios. Otros, en las condiciones adecuadas pueden generar micotoxinas, que son sustancias venenosas para nuestra salud.
¿Por qué se echa a perder la tortilla?
Por la exposición a la intemperie, la tortilla comienza a tornarse un tanto dura. Las condiciones húmedas y cálidas favorecen el crecimiento del moho.
¿Cuál es la razon por las que se dieron estos cambios del pan con moho?
El crecimiento de moho en el pan, además por el contacto con aire cargado de esporas, se puede ver también favorecido por una contaminación después de la cocción, una envoltura inadecuada o el almacenamiento en atmósferas con una excesiva humedad y temperatura.
¿Qué pasa si se respira moho?
Inhalar o tocar moho o esporas de moho puede causar reacciones alérgicas o crisis de asma en personas sensibles. También puede causar infecciones micóticas. Además, la exposición al moho puede irritarle los ojos, la piel, la nariz, la garganta y los pulmones.
¿Cómo puedo quitar el moho de las paredes?
Mezcla en un recipiente el bicarbonato de sodio con un poco de agua. Con la solución resultante, debes rociarla en las zonas mohosas de las paredes de tu hogar. Otra opción es mojar un cepillo en esta mezcla y frotar con este la pared. Espera varios minutos para que la mezcla actúe sobre el moho.
¿Cuánto tiempo dura la tortilla?
Almacene las tortillas de maíz suaves en una bolsa de plástico dentro del refrigerador. Consúmalas dentro de un lapso de 7 ó 10 días.
¿Cómo conservar las fajitas?
La mejor forma de conservarlas en buen estado será siempre guardarlas en una bolsa con cierre hermético. Así podrás lograr que, incluso sin almacenarlas al vacío, tengan todo el sabor y la textura que necesitas para usarlas en un buen alambre o una parrillada.